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Foto del escritorCamila González Azcárate

El cambio se avecina

En una entrada anterior ya hablábamos de las concentraciones que se convocaron a través de las Redes Sociales para reclamar un cambio en el Código Penal español.


El pasado 12 de diciembre se hizo público uno de los efectos más evidentes de estas manifestaciones: las sentencias de los tres jugadores del Arandina Fútbol Club por delito de agresión sexual y contra la libertad sexual. Entre los tres, suman más de 100 años de cárcel (Escobar, 2019).


Este caso es de particular interés porque desde la acusación se buscaba corroborar «que hubo una agresión sexual contra la víctima y que los acusados actuaron en grupo», algo que ha cobrado especial relevancia, ya que a los procesados se les ha imputado 3 condenas: una individual y dos por el crimen cometido en grupo, dado que se considera la «intimidación ambiental» y la «cooperación necesaria» factores clave (Escobar, 2019).

Es decir, por primera vez se entiende que «los violadores no solo son responsables de sus actos, sino que lo son también de los actos de los otros agresores». La «intimidación ambiental» ya no se aplica únicamente en presencia de armas u objetos por los que la víctima pueda tener miedo a perder su vida o a sufrir daño físico grave, sino con la sola presencia de los agresores (Devermut, 2019).


Plataformas feministas como Devermut ya hacen eco de la importancia de este caso: otras entidades como la Asociación de Mujeres Juristas Themis y la Asociación de Mujeres Juezas de España auguran «una posible reforma en el Código Penal» (Devermut, 2019), ya que ha marcado un precedente para otros juicios, como pudiera haber sido el de la Manada de Pamplona.


Esta labor comunicativa es muy importante porque el caso Arandina ha despertado mucha controversia: hay opiniones opuestas e incluso se han llegado a celebrar manifestaciones en defensa de los jugadores.


Todo ello ha generado un ruido que hace más difícil entender el caso, y sus consecuencias. La comunicación de estos cambios es esencial a la hora de conseguir un verdadero cambio social, ya que no podemos olvidar la importancia que tienen en estos casos cuidar la sensibilidad ética y la sostenibilidad cultural, en tanto que «los tiempos de aprendizaje colectivo» y de «transformación estructural» son más lentos y se debe otorgar al receptor la oportunidad de entenderlos (Nos, 2018).


Nos encontramos en un período histórico en el que la comunicación de advocacy, que defiende objetivos colectivos, consigue realizar cambios o el principio de los cambios (Nos, 2018). En este caso en particular, en el ámbito legislativo. Las acciones colectivas que se han llevado a cabo a lo largo y ancho del país (y, no dudemos, probablemente en todo el mundo), han provocado, por fin, un efecto.


Aunque, sin duda, esta no es la primera vez que el movimiento feminista se apunta una victoria, hay que destacar la relevancia que tienen estos primeros indicios de transformación. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en los últimos 4 años se han registrado hasta 155 casos de violaciones múltiples hasta noviembre de 2019 (Geo violencia sexual, 2019).

 
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